lunes, 24 de octubre de 2011

INSTRUMENTOS ÓPTICOS

EL OJO HUMANO


El ojo es el órgano de la visión en los seres humanos y en los animales. Los ojos de las diferentes especies
varían desde las estructuras más simples, capaces de diferenciar sólo entre la luz y la oscuridad, hasta los
órganos complejos que presentan los seres humanos y otros mamíferos, que pueden distinguir variaciones
muy pequeñas de forma, color, luminosidad y distancia. En realidad, el órgano que efectúa el proceso de la
visión es el cerebro; la función del ojo es traducir las vibraciones electromagnéticas de la luz en un
determinado tipo de impulsos nerviosos que se transmiten al cerebro.
El ojo humano
El ojo en su conjunto, llamado globo ocular, es una estructura esférica de aproximadamente 2,5 cm de
diámetro con un marcado abombamiento sobre su superficie delantera. La parte exterior, o la cubierta, se
compone de tres capas de tejido: la capa más externa o esclerótica tiene una función protectora, cubre unos
cinco sextos de la superficie ocular y se prolonga en la parte anterior con la córnea transparente; la capa media
o úvea tiene a su vez tres partes diferenciadas: la coroides muy vascularizada, reviste las tres quintas partes
posteriores del globo ocular continúa con el cuerpo ciliar, formado por los procesos ciliares, y a continuación
el iris, que se extiende por la parte frontal del ojo. La capa más interna es la retina, sensible a la luz.
La córnea es una membrana resistente, compuesta por cinco capas, a través de la cual la luz penetra en el
interior del ojo. Por detrás, hay una cámara llena de un fluido claro y húmedo (el humor acuoso) que separa la
córnea de la lente del cristalino. En sí misma, la lente es una esfera aplanada constituida por un gran número
de fibras transparentes dispuestas en capas. Está conectada con el músculo ciliar, que tiene forma de anillo y
la rodea mediante unos ligamentos. El músculo ciliar y los tejidos circundantes forman el cuerpo ciliar y esta
estructura aplana o redondea la lente, cambiando su longitud focal.
El iris es una estructura pigmentada suspendida entre la córnea y el cristalino y tiene una abertura circular en
el centro, la pupila. El tamaño de la pupila depende de un músculo que rodea sus bordes, aumentando o
disminuyendo cuando se contrae o se relaja, controlando la cantidad de luz que entra en el ojo.
Por detrás de la lente, el cuerpo principal del ojo está lleno de una sustancia transparente y gelatinosa (el
humor vítreo) encerrado en un saco delgado que recibe el nombre de membrana hialoidea. La presión del
humor vítreo mantiene distendido el globo ocular.
La retina es una capa compleja compuesta sobre todo por células nerviosas. Las células receptoras sensibles a
la luz se encuentran en su superficie exterior detrás de una capa de tejido pigmentado. Estas células tienen la
forma de conos y bastones y están ordenadas como los fósforos de una caja. Situada detrás de la pupila, la
retina tiene una pequeña mancha de color amarillo, llamada mácula lútea; en su centro se encuentra la fóvea
central, la zona del ojo con mayor agudeza visual. La capa sensorial de la fóvea se compone sólo de células
con forma de conos, mientras que en torno a ella también se encuentran células con forma de bastones. Según
nos alejamos del área sensible, las células con forma de cono se vuelven más escasas y en los bordes
exteriores de la retina sólo existen las células con forma de bastones.

El nervio óptico entra en el globo ocular por debajo y algo inclinado hacia el lado interno de la fóvea central,
originando en la retina una pequeña mancha redondeada llamada disco óptico. Esta estructura forma el punto
ciego del ojo, ya que carece de células sensibles a la luz.
Funcionamiento del ojo
En general, los ojos de los animales funcionan como unas cámaras fotográficas sencillas. La lente del
cristalino forma en la retina una imagen invertida de los objetos que enfoca y la retina se corresponde con la
película sensible a la luz.
Como ya se ha dicho, el enfoque del ojo se lleva a cabo debido a que la lente del cristalino se aplana o
redondea; este proceso se llama acomodación. En un ojo normal no es necesaria la acomodación para ver los
objetos distantes, pues se enfocan en la retina cuando la lente está aplanada gracias al ligamento suspensorio.
Para ver los objetos más cercanos, el músculo ciliar se contrae y por relajación del ligamento suspensorio, la
lente se redondea de forma progresiva. Un niño puede ver con claridad a una distancia tan corta como 6,3 cm.
Al aumentar la edad del individuo, las lentes se van endureciendo poco a poco y la visión cercana disminuye
hasta unos límites de unos 15 cm a los 30 años y 40 cm a los 50 años. En los últimos años de vida, la mayoría
de los seres humanos pierden la capacidad de acomodar sus ojos a las distancias cortas. Esta condición,
llamada presbiopía, se puede corregir utilizando unas lentes convexas especiales.
Las diferencias de tamaño relativo de las estructuras del ojo originan los defectos de la hipermetropía o
presbicia y la miopía o cortedad de vista. Véase Gafas; Visión.
Debido a la estructura nerviosa de la retina, los ojos ven con una claridad mayor sólo en la región de la fóvea.
Las células con forma de conos están conectadas de forma individual con otras fibras nerviosas, de modo que
los estímulos que llegan a cada una de ellas se reproducen y permiten distinguir los pequeños detalles. Por
otro lado, las células con forma de bastones se conectan en grupo y responden a los estímulos que alcanzan un
área general (es decir, los estímulos luminosos), pero no tienen capacidad para separar los pequeños detalles
de la imagen visual. La diferente localización y estructura de estas células conducen a la división del campo
visual del ojo en una pequeña región central de gran agudeza y en las zonas que la rodean, de menor agudeza
y con una gran sensibilidad a la luz. Así, durante la noche, los objetos confusos se pueden ver por la parte
periférica de la retina cuando son invisibles para la fóvea central.
El mecanismo de la visión nocturna implica la sensibilización de las células en forma de bastones gracias a un pigmento, la púrpura visual o rodopsina, sintetizado en su interior. Para la producción de este pigmento es
necesaria la vitamina A y su deficiencia conduce a la ceguera nocturna. La rodopsina se blanquea por la
acción de la luz y los bastones deben reconstituirla en la oscuridad, de ahí que una persona que entra en una
habitación oscura procedente del exterior con luz del sol, no pueda ver hasta que el pigmento no empieza a
formarse; cuando los ojos son sensibles a unos niveles bajos de iluminación, quiere decir que se han adaptado
a la oscuridad.
En la capa externa de la retina está presente un pigmento marrón o pardusco que sirve para proteger las
células con forma de conos de la sobre exposición a la luz. Cuando la luz intensa alcanza la retina, los
gránulos de este pigmento emigran a los espacios que circundan a estas células, revistiéndolas y ocultándolas.
De este modo, los ojos se adaptan a la luz.
Nadie es consciente de las diferentes zonas en las que se divide su campo visual. Esto es debido a que los ojos
están en constante movimiento y la retina se excita en una u otra parte, según la atención se desvía de un
objeto a otro. Los movimientos del globo ocular hacia la derecha, izquierda, arriba, abajo y a los lados se
llevan a cabo por los seis músculos oculares y son muy precisos. Se ha estimado que los ojos pueden moverse
para enfocar en, al menos, cien mil puntos distintos del campo visual. Los músculos de los dos ojos funcionan
de forma simultánea, por lo que también desempeñan la importante función de converger su enfoque en un
punto para que las imágenes de ambos coincidan; cuando esta convergencia no existe o es defectuosa se
produce la doble visión. El movimiento ocular y la fusión de las imágenes también contribuyen en la
estimación visual del tamaño y la distancia.











Enfermedades del ojo.
Las alteraciones oculares se pueden clasificar según la parte del órgano en la que se produzcan.
La enfermedad más común de los párpados es el orzuelo o la infección de los folículos de las pestañas, que
suele estar causada por estafilococos. Los orzuelos internos no se originan en sus bordes, sino en su interior, y
son unas infecciones similares de las glándulas de Meibomio. A veces, los abscesos de los párpados son el
resultado de heridas penetrantes. En ocasiones, aparecen defectos congénitos de los párpados como la
coloboma, o fisura del párpado, y la ptosis o caída del párpado superior. Entre los defectos adquiridos se
encuentra el simbléfaron o la adherencia de la superficie interna del párpado al globo ocular, que ocurre como
resultado de quemaduras. El entropión, o inversión del interior del párpado hacia la córnea, y el ectropión, o
eversión del párpado hacia el exterior, pueden producirse por cicatrices o por contracciones muscularesespasmódicas debidas a una irritación crónica. Los párpados también padecen diversas enfermedades
cutáneas, como el eccema y el acné, y tumores benignos y malignos. Otra enfermedad común del ojo es la
infección de la conjuntiva, la membrana mucosa que recubre el interior de los párpados y el exterior del globo
ocular. Tracoma.
Las alteraciones de la córnea suelen ser el resultado de una herida y pueden dar lugar a la pérdida de la
transparencia y a una visión deteriorada. Sin embargo, también pueden producirse como consecuencia
secundaria de una enfermedad; es el caso del edema o hinchazón de la córnea que, a veces, acompaña al
glaucoma.
La coroides o capa media del globo ocular contiene la mayoría de los vasos sanguíneos del ojo, por ello es el
lugar donde se suelen producir las infecciones bacterianas y las secundarias debidas a intoxicaciones. Entre las
primeras destacan las producidas por la bacteria de la tuberculosis y de la sífilis. El cáncer se puede
desarrollar en los tejidos coroideos o puede ser transportado hasta el ojo desde tumores situados en cualquier
otra parte del cuerpo; la retina, que se extiende inmediatamente detrás de la coroides, está también sujeta al
mismo tipo de infecciones. La fibroplasia retrolental es una enfermedad de los niños prematuros que origina el
desprendimiento de la retina y una ceguera parcial; aunque se desconocen sus causas, esta enfermedad está
asociada con anomalías en los vasos sanguíneos. También puede desprenderse la retina después de una
intervención quirúrgica de cataratas; a veces, se utilizan los rayos láser para unir de nuevo la retina
desprendida en el interior del ojo. Otra enfermedad, llamada degeneración macular, afecta a la mácula lútea y
es una causa frecuente de la pérdida de la visión en las personas mayores.
El nervio óptico contiene las fibras nerviosas de la retina que llevan los impulsos nerviosos hasta el cerebro.
La arteria y la vena centrales irrigan la retina y el nervio óptico, cuya vaina se comunica con los espacios
linfáticos cerebrales. La inflamación de la parte del nervio situada en el interior del ojo se llama neuritis óptica
o papilitis, y la que ocurre en la parte que está detrás del ojo, neuritis retrobulbar. Cuando la presión en el
cráneo es elevada o se produce un incremento de la presión arterial, como ocurre en los tumores cerebrales, se
produce el edema o hinchazón del lugar por donde el nervio óptico entra en el ojo o disco óptico. Esta
alteración se denomina papiloedema.





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